LA DEFORMACIÓN SEXUAL QUE HEMOS PADECIDO

CIGUEÑAS, PROSTITUTAS Y COTILLEOS DE PELUQUERÍA

Cigüeñas, prostitutas y cotilleos de peluquería

Hay tres elementos anecdóticos y significativos, que pueden servirnos para perfilar como ha venido sucediendo, y demostrar las lagunas de la ignorancia en que ha caído generación tras generación.

LA CIGÜEÑA PROGENITORA

Hasta hace poco tiempo, la cigüeña ha sido el recurso más usado para explicar a los niños el origen de la vida. La cigüeña –no cabe duda- ha pasado a ser un personaje legendario, simbólico y poético. Un protagonista que ha entrado a formar parte del acervo mítico, en los métodos que ha inventado la pudibundez humana para guardar silencio ante el fenómeno sexual.

Sin embargo, conviene darse cuenta de algo muy importante: y es que la cigüeña “explicaba” el origen de los niños. O dicho de otro modo, la sexualidad procreadora. No la sexualidad como modo de relación gratificante. Esta última no ha tenido, todavía, simbolismo pedagógico apropiado en nuestra educación. Quiere esto decir que sigue estando ausente.

Pero en el simbolismo de la cigüeña no deja de ser curioso un doble hecho: la cigüeña es un animal que vive en las alturas y baja al charco para alimentarse de sapos, renacuajos y culebras. Dato muy representativo para indicar la “sublimidad” con que han querido decirse ciertas cosas, y la “cochambre y grosería” que se trataba de ocultar…

EN LA ADOLESCENCIA, CUCHICHEOS Y CASTIGOS

Esa cochambre y esa grosería –tal y como era visto- tenía su fuente de información en las callejas, en los recortes de confidencias, en las iniciaciones barriobajeras y en los escondites que todos los adolescentes –sobre todo de otros tiempo- hemos conocido.

Cuchicheos, fantasías, obscenidades, han nutrido la “formación” del adolescente, entre advertencias y castigos. Pasada la adolescencia los cotilleos se trasladaban a las peluquerías y a las tascas o a otros centros de reunión y de comadreo…

LAS PROSTITUTAS, INICIADORAS DEL JOVEN

Entre cigüeñas y cuchicheos, la prostituta ha sido igualmente el otro punto de referencia. La prostituta ha sido una significativa “educadora” de muchos hombres que acudían para tener su primera –y generalmente poco satisfactoria- experiencia sexual. Ha sido –y es- un sistema hipócritamente admitido bajo cuerda, por una sociedad que niega las verdades limpias y evidentes del sexo, que lo condena y lo consiente.

Por supuesto, el único iniciado era el hombre. Para la mujer han faltado cauces de información y educación, a excepción de lo que buenamente podía decirle su madre unos días antes de la boda. Y la lección improvisada también solía estar repleta de inexactitudes.

Andando el tiempo la peluquería ha venido a ser una verdadera fuente de información para muchas mujeres. Es la continuación del cuchicheo en que las casadas comentan sus experiencias matrimoniales, mientras las solteras aguzan el oído para aprender por este método poco heterodoxo. Pero es que hay tan poco para elegir…

Revista Convivencia (1975)

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