Artículos de Sexología y Sexualidad. La sexología y los sexólogos

Teoría King Kong,

Despentes, Virginie, Editorial Melusina, 2007.


 

“Si no avanzamos hacia ese lugar desconocido que es la revolución de los géneros, sabemos exactamente hacia donde regresamos. Un Estado omnipresente que nos infantiliza, que interviene en todas nuestras decisiones, por nuestro propio bien,    que —con la excusa de protegernos mejor—nos mantiene en la infancia, en la ignorancia y en el miedo al castigo y la exclusión. El tratamiento de favor que hasta ahora estaba reservado a las mujeres, con la vergüenza como punta de lanza que las mantenía en el aislamiento, la pasividad, la inmovilidad, podría ahora extenderse a todos. Comprender los mecanismos que nos han hecho inferiores y los modos a través de los cuales nos hemos convertido en nuestras mejores vigilantes, es comprender los mecanismos de control de toda la población. El capitalismo es una religión igualitarista, puesto que nos somete a todos y nos lleva a todos a sentirnos atrapados como lo están todas las mujeres” (p. 26)

 

Cercana a la teoría Queer y la propuesta de otras autoras postfeministas como Paglia, Despentes —autora de la controvertida novela Fóllame (1996) y codirectora de la película de igual nombre— propone la superación definitiva de los roles opresivos de género como única revolución sexual. Partiendo de su supuesta autobiografía, nos ofrece una crítica feroz del feminismo liberal (institucional) y el curso que ha tomado durante las últimas décadas.

 

Para ello se sirve de tres temas: violación, pornografía y prostitución, centrales en la construcción del discurso victimista de este feminismo y los analiza desde los deseos y la autonomía de las mujeres, ofreciendo un relato menos sesgado de la relación entre los sexos y en el que la complicidad entre el feminismo de la igualdad y el orden capitalista se hace evidente.

 

A través de un texto ameno y directo evidencia cómo estas tres cuestiones, tabúes en el discurso del feminismo liberal que apela a ellas exclusivamente para reclamar la “dignidad femenina”, son la pieza clave para comprender la relación entre los sexos a través del deseo, más allá de sus formas de expresión permitidas. Constreñir la expresión de la sexualidad mediante la negación, censura y persecución de la prostitución, la pornografía y la violación, no es sino una estrategia para mantener los roles adscritos a los sexos: negando el deseo y la autonomía femeninos y condenando los masculinos, el orden capitalista se asegura la sumisión de las primeras a los segundos y de estos a sus propios intereses.

 

La violación, entendida como circunstancia política a través de la cual un sexo toma todos los derechos sobre el otro obligándole a sentirse inferior, culpable y degrada. La prostitución, como puesta en escena del juego de seducción libre de eufemismos sociales. Y la pornografía, pedrada directa al centro de las fantasías, ahorrándose la mediación de la palabra, directa al deseo, forzándonos a saber o aceptar algo sobre nosotros mismos que preferimos ignorar: Mirar hacia estas realidades, tratar de comprenderlas más allá de enjuiciamientos, nos deja cara a cara frente a la Bestia: King Kong o el caos anterior a los géneros. Como en la película, King Kong, escapa al dominio que la muestra: el espectáculo no puede domesticar ni la violencia ni el sexo.

 

La revolución feminista, que en ningún caso ha de entenderse como la reivindicación de derechos, deberes, o salarios más igualitarios, sigue en marcha: ¿para cuando la emancipación masculina?: ¿Cuál es la autonomía de la que los hombres tienen tanto miedo que prefieren seguir callándose y no inventar nada nuevo, ningún discurso nuevo, crítico, creativo, a cerca de su propia condición?

 

La caótica propuesta de Despentes chirría en algunos puntos, patina en otros y puede llevarnos al enfado… pero, en ningún caso, caerá en el cajón de la aséptica y anodina bibliografía feminista a la que nos tienen últimamente acostumbrados, revelándose como uno de esos pocos textos de lectura obligada para quienes busquen inspiración crítica.

L.GM.

 

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