La teoría más extendida y usualmente considerada como la única existente, heredera del gran dualismo del espíritu y la carne, el alma y el cuerpo, etc. aplicada a las relaciones de los sexos. El mismo planteamiento bipolar o binario de esta teoría moral sitúa el amor arriba y el anti-valor del sexo abajo, siguiendo un maniqueismo histórico que sitúa al sexo en la versión de los antiguos vicios prohibidos, hoy ya permitidos, si bien manteniendo su sitio abajo. Algunos estudios cualitativos han confirmado esta topografía que la confirma como teoría tramposa: cuanto más se enaltece el amor más se rebaja el sexo. El extendidísimo uso de esta teoría, unido a la poca autocrítica tolerable de la misma, no impiden constatar la debilidad epistemológica de sus fundamentos fuera de la moral la debilidad epistemológica de sus fundamentos fuera de la moral que la sustenta.

 

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