El interés de estas dos nociones, últimamente puesto de relieve por José Ramón Landarroitajauregui (Homos y heteros: aportaciones para una teoría de la sexuación cerebral, Madrid, 2000), puede resultar esclarecedora de muchos equívocos. En efecto, la sexuación de los sujetos en masculino y femenino, da como resultado que unos y otros, por el hecho de ser tales, se atraen o pueden atraerse, sea cual sea posteriormente la calificación de homos o heteros que, en ocasión, pueda darse. Andrerastia quiere decir hombres deseantes y deseados; ginerastia quiere decir mujeres deseantes y deseadas. Dicha noción griega, olvidada y dejada de lado, podría, como señala el autor, revelar una vía prometedora de clarificación conceptual.

 

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