sexologia, sexualidad, mapa hecho sexual humano

Hay una serie de nociones y conceptos que forman el marco teórico de la Sexología. Son fórmulas que resumen o nos permiten abreviar o resumir su cuerpo teórico. Por ejemplo, el hecho de ser sexuado como línea conductora, central, troncal.

La sexología no es una suma de asuntos higiénicos o sanitarios que crean problemas. Lo son. Pero si se ven sólo desde un punto de vista sanitario, la respuesta también será lo conocido.

Si la sexología usa un cuerpo teórico distinto es porque se pregunta cosas distintas y busca explicaciones distintas a cosas que otros siguen oyendo iguales y atendiendo de la misma forma que hace mucho tiempo.

Lo que hace que una disciplina sea interesante y aporte es justamente sus preguntas centrales. Y las preguntas centrales no son las infecciones de transmisión genital que están bien resueltas o por qué se tienen embarazos no deseados.

Lo interesante es por qué los sujetos son sexuados y cómo entrar hondo en este dato con toda una serie de consecuencias que se siguen de él. Entre otras, esta: por qué los deseos se producen entre sujetos sexuados y por ser sexuados.

Muchos siguen hablando de causas físicas o psíquicas o sociales y siguen orillando qué es ser sexuados y cómo esa clase esa episteme nos da explicaciones muy distintas, así como formas muy distintas de intervenir en las dificultades de las que se quejan. Pero estas palabras no sólo son distintas. Es que apuntan a realidades que no entran en esas otras de lo físico o psíquico o social. Porque se trata de una fórmula nueva que plantea todo de otra manera. Es lo propio de una disciplina.

La sexología de los últimos cien años ha llegado a un punto álgido. Que ésta se siga menos o más es otra cuestión. Pero los datos son los datos. Y entre los grandes adquisiciones de la primera y segunda generación de sexólogos está esa constatación del hecho de ser sexuados que explica muchas cosas que han tratado o tratan de explicarse por otras vías.

Poco a poco, haciendo poco ruido y las más de las veces al margen de lo que brilla, la oferta teórico- práctica de la que hoy disponemos es modestamente capaz de explicar sin necesidad de recurrir al criterio de lo normal/anormal, muchas cosas que siguen aún por esa vía de la enfermedad o la patología.

Puede que el mayor logro de estas generaciones sea, al fín, hacerse con un mapa del hecho sexual humano, sin tener que recurrir al vicio, al delito o la patología.

Algo que, de por sí, nos lleva a pensar que el recorrido hecho ha valido la pena.

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