La sorpresa
Me sigue sorprendiendo que sorprenda una nota previa que solemos plantear en el Master de formación en Sexología. Este año ha sido más que en otras ocasiones. La sorpresa la causa una nota que dice: para hacer educación sexual no es necesario meterse en las conductas de nadie,
Meterse en las conductas es la frase que mejor resume decir a otros lo que deben hacer, lo que está bien o lo que está mal, lo que es sano o lo que no lo es. La educación sexual se ha ido llenando de normas, que es lo mismo que decir: se ha llenado de una moral reguladora de conductas.
La educación sexual no va en esa dirección. Está claro que nuestra forma de hacer educación sexual no es dando normas, sean del orden que sean. Y aquí viene lo más fino de la sorpresa: hay una fórmula para no dar normas que es centrarse en ideas.
Dar ideas, o sea, nociones y conceptos, nos...