EL TRABAJO DE LOS SEXÓLOGOS

 

En las últimas décadas la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología ha planteado el trabajo de sus profesionales en tres niveles: la educación, el asesoramiento y la terapia. Con una educación sexual básica se tienen las nociones suficientes y básicas; con el asesoramiento se trata de dudas o dificultades comunes; con la terapia sexual se interviene en algunos problemas que puedan necesitarlo.

La educación sexual es para todos. Y su lugar preferente son los centros de Enseñanza. El asesoramiento es para la población general y su sitio son las asesorías o unidades de asesoramiento. La terapia sexual es sólo para algunos casos que lo requieren . Y es continuación, adosado al asesoramiento.

Cuando los sexólogos de la segunda generación elaboraron los formatos de asesoramiento y tratamiento, hace algunas décadas, situaron la educación sexual como un supuesto previo. Dada la poca organización de la educación sexual entonces se vieron obligados a hacer lo que llamaron tres en uno: educación, asesoramiento y terapia de forma conjunta.

Pero, poco a poco, se fueron decantando los tres niveles por separado, aunque siempre en su conjunto y así han hecho su camino. Lo que esto ha requerido ha sido la organización básica previa de la formación en Sexología y de su titulación. Es la historia del desarrollo del campo dirigido al ejercicio profesional. De esa forma la Sexología se ha desarrollado en las últimas décadas con un objetivo propio.

Los sexólogos de la tercera generación –la actual– se ha encontrado con una historia de la Sexología sólida para su formación y han confirmado y reforzado sus líneas de trabajo, al margen de los debates propios de las relaciones con otras profesiones. Unos afirman que el sexo es una materia eminentemente orgánica; otros , a su vez, que es psicológica; otros, en fin, que es, sobre todo, una cuestión social.

Estos son debates que llevan muchos años y seguirán. Lo propio de los sexólogos es, dentro o fuera de estos debates, seguir su línea y su hilo conductor que es como se han realizado las más grandes aportaciones. Los sexólogos plantean que somos sexuados, vivimos como sexuados y nos expresamos como sexuados y que, dando por supuesto lo orgánico y lo psíquico, de lo que se trata es de organizarse como sujetos sexuados y enfocar este valor.

Lo que los sexólogos han aportado ha sido su planteamiento general distinto y, de ahí, sus innovaciones. El planteamiento del sexo como un valor ha dado un giro copernicano a los antiguos problemas. Al margen de las reducciones del sexo a lo orgánico o psicológico, los sexólogos han desarrollado la dimensión sexológica.

Tampoco los sexólogos siguen el esquema de lo que es normal o anormal sino el planteamiento de la diversidad. No siguen la línea de las patologías sino de los modos, matices y peculiaridades de los sexos. No siguen los diagnósticos de los problemas sexuales sino de las dificultades comunes.

En las relaciones de los sexos –sigue afirmando el axioma de Havelock Ellishay más valores cultivables que problemas tratables. Los sexólogos entienden que es ésta la vía para potenciar y valorar el sexo.

E.A.  y N.F.

 

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