SOBREVIVIR AL DESAMOR

Entendemos el amor como un gran racimo repleto de uvas distintas y variadas: pasión, admiración, deseo, juego erótico, chispa, afecto, respeto, comunicación, sinceridad, tolerancia, humor, complicidad, sensibilidad, imaginación, fantasía, lealtad, misterio, seducción, transgresión…., y todas las que queráis añadir.

 

Se habla mucho de la crisis de pareja, de la complicada tarea que es la vida «a dos». Tenemos claro, sin embargo, que de todas las formas de interrelación posibles la pareja es, de momento, el mejor invento.

 

Me gustaría delimitar mi aportación, y por ello me centraré en las jóvenes parejas y en las parejas de jóvenes. El amor, desamor, su encuentro y desencuentro, jalonan el devenir de las mismas y son motivo de disturbios o logros académicos, crisis personales, desasosiegos y brillos emocionales.

 

 

¿PERO DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DEL AMOR? EL CÓCTEL DEL AMOR

 

 

Según el Diccionario de la Lengua Española, de Julio Casares, el AMOR, es un sentimiento afectivo que nos mueve a buscar lo que consideramos bueno para poseerlo o gozarlo. O, también, entre otras: pasión que atrae un sexo hacia otro.

 

En primer término, descifraremos lo que denomino «el circuito del amor«, circuito que se compone de cuatro recorridos:

I. Etapa de deseo: El deseo es la energía, la gasolina, lo que nos pone en disposición de «ver» a los demás, lo que nos permite visualizar que los demás existen y que nos tiende a ellos, es decir, nos hace “estar en el mercado”.

 

II. Etapa de atracción fatal: Nuestro deseo se diversifica hacia varias personas, nos gustan varias personas. Es la típica fase en la que suelen darse «rolletes», «rollitos» sin grandes dosis de compromiso, o sí. En esta etapa son habituales los cortocircuitos, es decir, puede ocurrir que uno de la pareja se acerque a la siguiente etapa y sienta al otro como exclusivo y el otro siga en la misma y no sienta al otro como exclusivo, entonces pueden darse los “cuernecillos”, que creemos podrían ser perdonables porque el nivel de compromiso está todavía en fase de ajuste.

 

III. Etapa de enamoramiento: O etapa «reina», donde se libra la mayor batalla emocional. Es cuando nos decimos interiormente: «esta persona es para mí». Acontecen en esta etapa: lloros, alegrías, entusiasmos, desencantos,……..es la fase de «enfermedad», enfermedad reversible y pasajera, que inevitablemente concluirá de dos formas posibles: ruptura, abandono, «cortamos»,  o seguimos en carrera. El estar enamorado es un verbo de proceso e implica conocer, al menos, las virtudes personales de la otra persona. Nunca hay que tomar decisiones importantes en esta etapa, por ejemplo: nunca hay que casarse estando enamorado, porque en esta fase a la otra persona la ves perfecta, y claro, uno es bastante perfecto pero no pluscuamperfecto. En esta fase nunca suele haber “cuernecillos” porque solo se tienen ojos para la pareja.

 

IV. Etapa de amor: Esta etapa implica dedicación, el trabajo en equipo se hace fundamental y cada miembro del equipo explota sus virtudes para intentar seguir en carrera hasta el final.  Esta fase acaba en desamor, divorcio, ruptura, rutina o continuará.

 

El cóctel del amor está lleno de preciosos y saludables ingredientes:

Pasión

Deseo

Sexo

Chispa

Complicidad

Imaginación

Admiración

Fidelidad

Sensibilidad

Transgresión

Juego

Ternura

Seducción

Misterio

Sinceridad

Afectividad

Tolerancia

Respeto

Comunicación

Humor
Os animo a que elijáis con vuestra pareja los cinco que consideráis tiene que haber en mayor cantidad en vuestro personal y exclusivo cóctel. Posteriormente los comparáis, los mezcláis, agitáis, y si queréis os lo podéis beber.

 

 

 

CLAVES, PISTAS Y SUGERENCIAS PARA MANTENER FRESCO VUESTRO CÓCTEL DE  AMOR EN PAREJA

 

 

  • Recordad que lo saludable, lo lógico en pareja, es convivir con cierta dosis de conflictos y «peleas». Quien no se “pelea” se “separa”, se distancia; la pareja “crece” a base de conflicto y no a base de “fiesta”.
  • No perdáis los amigos por el hecho de tener pareja. Finalmente, os quedaríais, sin pareja y sin amigos. Hay que hacer compatible el hecho de la pareja con vuestro círculo de amigos.
  • Sentirse libre dentro de la relación de pareja. No invadir al otro. No tengáis la sensación de que “perdéis” cosas por el hecho de estar en pareja.
  • Discrepad y convivid con las diferencias desde el respeto.
  • Es útil tener parejas amigas para compartir la «miseria», o, para entenderlo mejor: ponerse «verdes» unos a otras, otros a otros, otras a otras y otras a unos es muy terapéutico.
  • No sentirse obligado a nada.
  • Escuchar al otro.
  • Estar pendiente de la pareja, es decir, no solo “verla” sino “mirarla”.
  • No abusar de palabras significativas, porque acaban perdiendo su valor.
  • Cuidar los pequeños detalles, que acaban siempre siendo “grandes”.
  • No discutir con la pareja a partir de las 8 de la tarde. Explicación: cualquier dificultad de pareja se magnifica si se está cansado físicamente. “Irse a la cama” sin la necesidad obligatoria de haber resuelto el problema.
  • No es obligatorio hablar en pareja. El silencio es fundamental y vivirlo “a dos” muy necesario.
  • Hablar siempre en primera persona. Ej: yo quiero, me gustaría, necesito….,.
  • Aprender las diversas tareas domésticas para “no depender” del otro y conseguir no sólo “hacer cosas” sino que “salga” el hacerlas.
  • Es bueno recordar que el “otro” está conmigo pudiendo “no estar” y eso es muy valioso.
  • No esperar mucho del otro….. y tened en cuenta que no siempre “el otro” tiene las “monedas” que necesitas.
  • La pareja, en definitiva, no da la felicidad… aunque pueda colaborar en que sientas un bienestar razonable.

 

El artículo pretende facilitar una mejor vivencia del dolor que provoca el desamor…, es decir, cómo evitar el excesivo dolor tras una ruptura no deseada.

Lo ideal es aplicar estrategias preventivas, y para ello utilizaremos un símil: el sistema de las peras y las mandarinas, que consiste, de modo resumido, en lo siguiente: “la mandarina es una fruta que tiene diversos gajitos y cada gajito es una parcela de tu vida: familia + amistades + aficiones + trabajo + estudios + perversiones (diversiones) + pareja +……. pero nunca la pareja ha de ser “toda” la mandarina, porque el día que se acabe la pareja, adiós a la mandarina; si evitamos ser “pera” (en la “pera” la pareja ocupa todo o “contamina” todo), si la pareja “se rompe”, saldremos pronto adelante, siempre y cuando los amigos no intenten animarnos; a las personas que “sufren” no hay que animarlas, hay que acompañarlas; y además no es lógico pensar: “mi novio/a me ha dejado”, porque uno es fantástico y el otro es fantástico, pero dos fantásticos no hacen una relación fantástica: nos ha desenamorado la relación, no “hemos dejado al otro”. Y por último, no hay que pretender ser amigos después de “cortar”; se precisan unos tiempos “necesarios” para enfriar el amor y tras ellos quizás pueda ser posible seguir siendo amigos.

 

Y finalmente, quizás quede el recuerdo biográfico de haber vivido y sentido una experiencia enriquecedora y una historia formidable.
Y como de desamor estamos hablando, os transcribo un pequeño trabajo de “campo” en jóvenes de 15, 16 y 17 años que pretendía descifrar sensaciones, sentimientos… y dedicarlo a los que vivisteis el desamor, o bien porque se murió el amor o porque se os quebró la confianza del otro.

 

 

 

¿Cómo te sentiste tras la ruptura amorosa?

(Jóvenes de 4º ESO y 1º BACHILLERATO: 15 y 16 años)

    Chicas: ¿Qué sienten las chicas?  ♥
1.   Me sentí rara y aliviada.

2.   Desolada y con mucha tristeza interior, pero a la vez descansada si no estabas bien.

3.   Mal, porque te acabas dando cuenta que quizá era lo mejor, que no merecía la pena.

4.   Muy mal.

5.   Sufrí bastante, no sabía bien que hacer, si llorar o gritar.

6.   Nunca me han dejado, siempre he tenido que dejar yo.

7.   Me sentí mal, sufres si lo dejas y si te dejan, pero al final acabas superándolo.

8.   Me sentí dejada, aunque aliviada porque no quería darme cuenta de cómo era él.

9.   Me sentí muy mal, fue duro y me acuerdo a pesar del tiempo pasado.

10. Genial, porque estaba harta de él.

11. En general siempre hay otra persona por medio y por ello me sentí bien.

12. Aliviada, menudo “coñazo”, quedamos como amigos.

13. Le partí el corazón.

14. Al principio mal, pero con el tiempo y al encontrar a otro todo se olvida.

15. Me sentí finalmente bien porque todos los chicos son unos capullos.

16. Me sentí engañada y traicionada.

17. Mal, pero con el tiempo se supera.

18. Lo dejé yo y sufrí algo por él.

19. Doloroso y no te acostumbras al día a día.

20. Yo sentía que él no estaba bien conmigo, fue un cabrón como casi todos.

21. No sufrí porque no era una relación seria.

22. Triste y llorando.

23. Cuando he roto yo me siento mal por la otra persona; cuando me han dejado lo he pasado fatal, pero me he apoyado en otras personas, aunque no lo olvidas.

24. Me sentí vacía.

25. Aliviada si rompes tú y triste si te deja él.

26. Rompimos los dos y me sentí al principio mal pero después me alegré de la decisión.

27. Me sentí mal, piensas que todo se acaba.

28. Sentí luego…    que mejor sola que mal acompañada.

29. Me arrepentí de cortar al cabo del tiempo…. Pero ya era tarde.

     Chicos: ¿Qué sienten los chicos?  ♣
1.   Cuando me dejaron me sentí fatal, estaba muy enamorado y lo pasé mal; cuando yo he dejado te sientes algo mal pero al ser solo un rollo….

2.   Me sentí fatal, como si me dieran una patada al culo.

3.   Aliviado.

4.   Pena y rabia.

5.   No muy bien porque nos queríamos, pero ella se fue a vivir lejos.

6.   Lo llevé bien porque no la quería, sólo me atraía.

7.  Jodido porque fueron 3 años y mis padres decidieron trasladarse a Barcelona y todo ese amor de tres años y esas veces que hicimos el amor fueron los mejores de mi vida… todavía nos vemos alguna vez.

8.   Mal pero con ayuda de los amigos se pasa.

9.   Muy mal me dejó destrozado.

10. Genial porque me quité un peso de encima.

11. Me sentí mal pero a la vez bien por haber sido sincero.

12. Dolor porque ella me dejó por otro.

13. No sufrí porque la dejé yo.

14. Pena, alivio, soledad, tristeza, alegría.

15. Me sentí tranquilo porque rompí yo pero se enfadó y no pudimos seguir siendo amigos.

16. Muy mal.

17. Alegría o tristeza.

 

Santiago Frago Valls

 

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