El orgasmo : las claves del placer

Artículos de sexología y sexualidad. El orgasmo : las claves del placer

En la mujer

La mujer —toda mujer— está hecha de tal forma, que tiene que sentir y vivir el placer de su sexualidad femenina. Es totalmente falso creer que hay mujeres que no están capacitadas para sentir el orgasmo.

¿Qué es y en qué consiste el orgasmo femenino?

Es el goce de la excitación erótica manifestada somáticamente a través de una serie de cambios en el cuerpo entero de la mujer: aumento del volumen de los senos, encoloración, segregación lubricante en las zonas genitales, concretamente en la vagina, etc. Todo ello con una sensación placentera general.

A esta fase siguen otras cada vez mayores y de más intensidad. La centralización de esas sensaciones placenteras en la región genital es lo que desencadena el punto culminante y más agudo del placer: lo que comúnmente se suele denominar orgasmo. Nosotros preferimos considerarlo dentro del contexto general de un todo placentero.

Conviene aclarar aquí algunos detalles concretos. Por ejemplo éste: se ha discutido mucho sobre la zona orgánica que más hace sentir ese placer. Se ha distinguido entre un placer de clítoris y un placer de vagina. Hoy por hoy, lo más cierto es esto: No hay diferencia de placer clitoridial o vaginal. Hay un solo placer —una única forma de orgasmo— que es el general.

Vamos a explicarnos en este punto. Este placer intenso y culminante suele durar unos segundos. Pero el número de veces que puede suceder no tiene límites. El único límite es el cansancio o la satisfacción total.

Para algunas mujeres este placer agudo e intenso se acompaña de una especie de vértigo y pérdida de la conciencia. Es el abandono en el placer a fondo. Es una sensación voluptuosa indescriptible, indecible, inexpresable en palabras. Para otras mujeres es como un calor devorante que hace gemir, gritar incluso. Para otras es una sensación de perderse y anegarse, nadar en el placer.

Para otras, sin llegar a estos extremos, la vivencia es más tranquila, dentro de una más quieta y sosegada, como es la de sentirse penetrada, inundada, llena, rebosante… y feliz de estar así. Es evidente que estas diferencias de sentimientos y sensaciones están apuntando a un detalle también muy importante, como es la imaginación, la sensibilidad, la compenetración con su pareja, etc. Factores que inciden en todo lo que aquí denominamos placer, tanto en los momentos anteriores como posteriores al culmen orgásmico.

Es imposible hacer una descripción de lo que cada mujer vive de un modo estrictamente personal. Es tal vez la sensación más íntima e indecible del mundo femenino. La única palabra que puede acercarnos a ella es la de placer, la de felicidad…

En el hombre

¿Qué es y en qué consiste el orgasmo masculino?

Dicho de una manera muy simple: es el goce de la tensión erótica manifestada o visible en un síntoma muy claro, la erección del pene. Y el disfrute de la relajación provocada por la eyaculación.

Según esto, lo más importante en todo lo que aquí llamamos orgasmo es el placer. Si llegáramos a comprender esto, muchos problemas masculinos caerían por tierra. Porque son problemas creados por una falsa idea del orgasmo.

Por ejemplo, la obsesión de llegar a la eyaculación, tomada ésta como único criterio del orgasmo, priva a muchos del disfrute placentero de su prolongada excitación.

Igualmente, muchos hombres se problematizan o creen mermada su virilidad por no sentir orgasmos en cantidad, o número, mientras se pierde la intensidad de su excitación vivida en profundidad y prolongación.

Para muchos hombres se diría que lo que menos cuenta es el camino. Y lo que más es la llegada. Justamente es esto lo que priva del disfrute de «estar excitado», que eso es lo que el mismo término de «orgasmo» quiere decir. (Orgasmos, en griego, viene de organ, que quiere decir estar excitado).

De ahí la importancia de una serie de factores psicológicos y sociales en la vivencia del propio orgasmo, como son. Por ejemplo la emotividad, la estética, el sentimiento, el ambiente, el sentido del cuerpo, la sensibilidad, etc. Y la participación de todo el esquema corporal y psíquico de cada uno en sus diferentes edades y situaciones.

Saber vivir el orgasmo

Tal vez el mayor obstáculo para llegar a comprender esta riqueza profundamente humana del orgasmo sea la prisa. Por eso otro factor importante que hay que tener en cuenta es éste: el de que todo placer y toda felicidad necesita un clima relax y sosegado.

Saber vivir el propio orgasmo requiere, pues, poner en movimiento toda la riqueza humana que cada cual lleva en sí. Los problemas interiores o exteriores (problemas de relación en la pareja o de situación socioeconómica) son muy determinantes en la vivencia del placer recíproco.

 

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