Pobres amantes El deseo erótico precario

El deseo erótico -Eros- es siempre deseo del otro. Y nunca abusar del otro. El deseo del otro sitúa al otro en situación grande, superior. El deseo del otro es un elogio, un canto al otro. Es hacer cercano y concernido al otro.

Y el otro sexuado -el otro más otro de todos los otros- constituye al otro lejano en un otro cercano. La relación erótica -o sea, mediante el deseo- empieza por el deseo de uno a otro. Continúa por la seducción que es la forma de que el otro se dé cuenta de ese deseo y responda con el suyo.

El deseo es una llamada, un guiño, un signo enviado al otro. Decir te deseo es decir tú no eres indiferente para mí. Tú me eres relativo, quiero relacionarme contigo, me interesas. El deseo erótico va a lo más valioso del otro que es también su deseo erótico. El deseo erótico es uno de los mayores hallazgos entre los humanos.

El deseo erótico sólo puede darse entre seres cortados, es decir sexuados, escindidos, separados que están al menos potencialmente llamados a amarse.

El deseo erótico – Eros- es lo que llamamos amor. Porque el amor es Eros. Desear es amar. A veces se ama de forma pobre, precaria, elemental, incluso indigna o inadecuada. Cuando no se acierta a amar bien como el otro se merece se hace lo que se puede.

Siempre piensan que no aciertan con la forma de amarse. Todo les parece poco. Algunos incluso no se atreven a eso poco, a eso inadecuado, a eso que puede molestar y dar la impresión de que no es o de que es lo contrario. A ser mal interpretado.

E.Amezúa (Sexologemas II)

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