Poner «Cierto orden» a Eros

Eros, ¡ahí está el protagonista!, y hay que ponerle «cierto orden», a ver ¿quien es el guapo o guapa que se atreve a poner orden a Eros?, ¿quién le pone «cierto orden» al conjunto de tendencias e impulsos sexuales de la persona, al amor…?

Para atreverse con esta empresa habría que adaptarse al Eros de cada persona, cada relación y esa misma persona en varias relaciones y eso nos daría una infinita labor, ardua de seguir.

No hay más que ponerse a leer algún ejemplo de la literatura erótica, para darnos cuentas de cuán variadas son nuestras tendencias, nuestras maneras de dar y recibir amor, nuestras maneras de buscar, recibir o compartir al/la otro/a, de ofrecernos, entregarnos, ilusionarnos, excitarnos, poner en marcha nuestras fantasías, seducir y dejarse seducir, comprender, planear, intrigar, aprender, enseñar, sentir, dar y tomar, guiar, dejarse llevar………., tantas y tantas maneras de hacerse a Eros nuestro cómplice para nuestro disfrute y el de la/las personas que compartan con nosotros la misma erótica del encuentro.

En todo el tiempo que da un verano, sólo con vacaciones de estudio, he podido hacer un repaso general a relatos eróticos procedentes de varios/as autores, en ambientes de las mil y una noches, con el perfume de los harenes, odaliscas robadas del mundo y entregadas por el dinero y el poder de un sultán que las utiliza para su placer y en el que han de aprender las mil formas de facilitárselo. He entrado en la iniciación de una joven de buena familia del siglo XVIII, en un verano tórrido, que no diferenciaba a nobles de plebeyos en sus prácticas amatorias; en la iniciación de una hetaira en los más sofisticados placeres de la carne, de la antigua Grecia; en la práctica de juegos, de caprichos que al final son vengativos; historias de dominación y humillación por Eros; y fantasías en las que todo vale, todo está permitido y todo se puede experimentar, si los que participan así lo quieren.

Desde todos los aspectos ha sido, no sólo instructivo, sino también excitante, clarificador, pedagógico, porque en todos ellos está la persona en su complicidad con Eros, inventando y desarrollando estrategia, seduciendo y dejándose seducir, tantas como situaciones se plantean, no sólo en los libros, sino en la vida real, y clarificador para quien pretende conocer también, aunque sea desde otra mirada, las mil maneras de adaptar esas prácticas como usuaria y cómo científica para comprender las múltiples maneras que tenemos las personas de conectar con Eros.

Entonces…..¿cómo voy a ponerle orden a quién comparte mi misma sangre, mi mismo pensamiento, mi mismo motivo, mi mismo objetivo o no-objetivo?, más bien habrá que darle alas y dejarle campar a sus anchas porque sus ganas de volar se alían con las mías para ir descubriendo con suma curiosidad las variedades eróticas que mi mente usuaria y científica tanto necesitan.

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