LO QUE DICEN LOS MENSAJES SOBRE EL SEXO: HERRAMIENTAS PARA EL ANÁLISIS DE CONTENIDOJ.Martín Barbero

 

Presentación

Desde 1977, fecha en que iniciamos el Programa de formación en Sexología para postgraduados, nos planteamos la necesidad de una iniciación a la investigación, de forma que los futuros diplomados en Sexología se familiarizasen con alguna metodología y herramientas prácticas para la realización de trabajos de campo. Por esta razón, el programa incluye un bloque temático dedicado a la investigación sexológica, dentro del cual se ofrece a los participantes una gama de instrumentos de trabajo.

Es dentro de este cuadro en el que ha sido elaborada la presente monografía, primero con los esbozos de trabajos en clase y luego con la revisión y reelaboración por parte del profesor Jesús Martín Barbero.

La investigación sexológica, tal y como la entendemos en el INCISEX, dista mucho de poder ser definida con precisión, entre otras razones por la polivalencia del hecho sexual humano y sus innumerables manifestaciones que hacen ahondar sus raíces en las estructuras más profundas de la personalidad sexuada; al mismo tiempo que extiende sus ramificaciones a los más diversos acontecimientos de la relación y la conducta. De ahí la conducta de una amplia gama de trabajos en las distintas áreas de las ciencias humanas que investigan esas manifestaciones del hecho sexual, desde la fisiología a la sociología pasando por la clínica y otros campos; sin embargo no son tan abundantes los trabajos que nos permitan entrar un poco más a fondo en las actitudes y, más especialmente, en el desmenuzamiento y desvelo de las contradicciones e incongruencias de dichas actitudes con las opiniones o comportamientos concretos de los sujetos o grupos de sujetos.

Así por ejemplo, mientras una persona o grupo puede creerse muy permisivo (y por lo tanto muy moderno) de cara a ciertos comportamientos sexuales que en otros tiempos fueron vistos con actitudes prohibitivas, si realizamos un análisis más profundo de esas actitudes, podemos encontrarnos con una sorprendente falacia: la de seguir la apariencia de modernidad por ser permisivo cuando, en el fondo, no se es ni más ni menos prohibitivo con ligeras y ocasionales acomodaciones.

Para este desvelo de incongruencias puede ayudarnos mucho el análisis de contenido al mismo tiempo que sernos de gran utilidad para la educación sexual y la sexoterapia como instrumentos de modificación de actitudes o conductas tanto personal como grupal o socialmente. Las repercusiones pueden ser enormes como mecanismo de un “darse cuenta” que puede ayudar a ir más allá de donde lleva la simple observación de los hechos.

Esperamos que esta monografía, dedicada a dar elementos de metodología de análisis de contenido, tenga alguna repercusión en la necesitada área de la investigación sexológica dentro de este campo de las actitudes.

Otros materiales que manejamos en la investigación irán encontrando también su exposición en más monografías similares a esta que hoy presentamos.

  1. Amezúa, Director del Instituto de Ciencias Sexológicas

 

Preámbulo

Solicitada como guía de investigación, en esta área, dentro del Programa de Formación en Sexología para postgraduados, creo necesario abrir esta introducción con una pregunta: ¿por qué el “análisis de contenido” en la investigación sexológica ? La respuesta exige dejar planteadas ya desde aquí dos cuestiones que serán abordadas de una forma u otra en las páginas que siguen: la relación entre sexo y lenguaje, y entre análisis de lenguaje y análisis de contenido.

Respecto a la primera, hay que partir de un hecho histórico: pocos discursos sufren una sospecha y una regulación social tan universal y tan fuerte como los discursos sobre el sexo. De los tabúes religiosos a las censuras políticas, el lenguaje acerca del sexo se ha visto obligado (quizá como ningún otro) a cifrarse, a volverse retórico, a decirse entre líneas o con medias palabras o dobles sentidos. Toda una inmensa producción de lenguaje que, como revela Freud en su estudio del chiste, representa una pista fundamental para indagar y comprender las operaciones de gestación del inconsciente y las estratagemas de la libido. Porque representa esa forma específica de realización de la represión sexual que según Foucault es el Occidente “la puesta en discurso” del sexo. Porque el sexo es un poder oscuro y polimorfo y su puesta en discurso es quizá la forma más eficaz de su control.

Pero no hay solo control: el lenguaje es también espacio de despliegue del deseo. Es la veta que Lacan ha hecho más explícita: la ineludible necesidad del deseo humano de pasar por el “desfiladero del significante”, de la palabra, del lenguaje como lugar de emergencia (de gestación y no solo de manifestación) del deseo y del placer . Así sea horadándolo, subvirtiendo el lenguaje no solo en su sintaxis sino en la trama misma del sentido.

Respecto a la segunda cuestión, se trata simplemente de afirmar (porque algunos tienden a olvidarlo) que el análisis de contenido, es análisis de lenguaje, o mejor de lenguajes. En todo caso de un lenguaje que no se agota en ser “expresión de ideas” (como una tenaz tradición de racionalista sostiene aún) sino que es comunicación, esto es producción e intercambio de significaciones en las que se materializan no solo las ideas, sino también pautas de conducta, valores adscritos y modelos de comportamiento. Y que, como todo proceso social, el lenguaje es lugar de producción y reproducción de las relaciones sociales, tanto de las de dominio como de las de encuentro.

Por otra parte, y como indica el nombre de este trabajo, lo que presentamos tiene los límites claros que le marca un objetivo pedagógico, objetivo que nos ha guiado tanto en la selección de los modelos de análisis (dos generales: el que inicia las investigaciones de análisis de contenido y el estructural; y dos aplicados: a los relatos y a las imágenes) como en el propósito de prescindir al máximo de la jerga especializada y de la citación erudita. No se trata pues de una introducción a la problemática teórica, epistemológica y metodológica, que esos modelos plantean, sino de una presentación operativa de las herramientas de análisis que esos modelos ofrecen. Lo cual no significa en modo alguno olvidar o soslayar que todo método delimita un campo particular de objetos, esto es posibilita objetivar determinados problemas y otros no, y que esa delimitación es mediación de unas condiciones sociales a las que es necesario remitir, siempre, el valor y el alcance de una investigación.

Una última anotación, y es acerca de la ambigüedad del título en relación a lo que recubre, ya que algunos de los modelos presentados responden sin duda mejor a otras denominaciones, como “análisis de textos” en pugna incluso (epistemológica y metodológica) con lo que en un determinado momento y espacio histórico ha significado el análisis de contenido. Pero esta denominación, no cubre hoy solamente el Content Análisis, sino una serie tan abierta de procedimientos que bien vale para nombrar el conjunto de lo que presentamos.

Madrid, Abril de 1981

Índice

  1. Del modelo fundador a las perspectivas actuales
  2. El modelo clásico

III. El modelo estructural

  1. Análisis de relatos
  2. Análisis de imágenes

Anexos

 

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