Nombre con el que se designa al discurso de Aristófanes en El banquete de Platón y en el que se cuenta el mito de los seres redondos o andróginos, antes de ser cortados en dos, sexuados.

El mito de los andróginos fue un lugar común en muchas culturas. Y ha sido usado para muchos fines. En su intento de dar una idea explicativa del amor y el sexo, de él se sirvió Platón para poner en boca de uno de sus invitados el primer discurso articulado para ofrecer una idea razonable del sexo. Tras el corte en dos, todos los seres humanos sienten la atracción por otro sujeto también cortado. A la pregunta que se planteaba Platón sobre qué es el amor, la respuesta de Aristófanes es: el anhelo y la atracción que sienten los seres cortados y que les lleva a buscar la otra mitad: el otro más otro que es el otro sexuado. De esta forma, a través de un relato sencillo, el personaje de Platón expone una de las verdades más hondas y universales de la condición humana sobre lo que es el amor (Eros) y el sexo (El corte). Los seres humanos no son autosuficientes o completos sino seres vulnerables y por eso buscan vivir en en relación, empezando por lo más básico que es su diferenciación como individuos sexuados por definición. Todos somos sexuados lo mismo que somos mortales. Y todos buscamos al otro para convivir y compartir. La conclusión del relato, en las últimas líneas, Aristófanes concluye: si la pregunta es el amor, la respuesta está en el sexo. El sexo es un valor inseparable del amor. Y a la inversa. El amor nace de ser cortados. Los seres humanos se aman porque son sexuados.

 

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